Desde lunes estoy que quiero escribir y no he podido, mi semana ha sido muy acelerada, como el conejo de Alice, y he llegado tarde a muchos lugares. Cortarán mi cabeza.
Como dije, muy acelerada. El cobrador no me dió mi vuelto de 50 céntimos, yo le pagué con 1 sol hasta semáforo, y cuando bajé le dije que me de mi vuelto, y se hizo el loco, se subió. Nunca pensé que le gritaría REGRESA COCHATUMADRE, nunca habia aventado la madre a una persona, siempre son objetos, lo que pasa es que los objetos no tienen madre, asi que ya no me siento culpable despues de haberlo dicho. Sin embargo, mientras caminaba a Toulouse, me puse a pensar en la madre de este sujeto, talvez exageré, pero la señora no le enseño el varlor de la honradez.
Nosé porque dije REGRESA... si las combis siguen adelante, sin importar nada.
Ese cobrador debería aprender de mi, que salía temprano para ir a estudiar, y cuando estaba en el parque me di cuenta que olvidé mi trabajo de tipografía tridimensional, entonces regresé, y en la reja encontré 50 soles, se iluminó mi alma, que momento para más glorioso. Siempre soñe con encontrarme plata en la calle, y había llegado el momento, los cogí y me fui corriendo, corrí tan rápido como si el amor de mi vida estuviera en frente regresando de la guerra, pero lo único que vi al frente fue a mi vesina, ancianita que me preguntó si los había visto. Yo dije que mi papá los habia encontrado, entonces hice como que entraba a mi casa a sacarlos, subí las escaleras improvisé un monólogo y bajé, pero los 50 soles estaban más metidos en mi billetera. Duró poquito, y fue bonito mientras duró.
Eso es lo que me encanta de mi vida.
No me gusta tenerlo todo.
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